jueves, 26 de abril de 2012

Candidatos: el problema de la droga no se soluciona legalizándola

En la tercera edición de la serie de reportajes que publica este multimedios, extraídos del libro Yo Candidato: Propongo prometo, me comprometo, del escritor colombiano, José Díaz, realizadas con los aspirantes a dirigir la nación; los candidatos explican qué medidas adoptarían contra el flagelo de las drogas; como lo enfrentarían y si en un futuro gobierno considerarían su legalización.
Eduardo Estrella; Alianza por la Democracia (APD); Hipólito Mejía del Partido Revolucionario
Dominicano (PRD); Frente Amplio, Julián Serulle; Dominicanos por el Cambio (DXC); Max Puig y Guillermo Moreno por Alianza País, responden también cuestionamientos sobre la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), y los agentes de los cuerpos castrenses que incurren en hechos delictivos.
-¿Como enfrentaría el problema del narcotráfico? ¿Ha considerado legalizar las drogas?
Eduardo Estrella: “Pues combatiéndolo. En República Dominicana no se produce droga y es una isla. Combatiendo sus raíces para que no ingrese al país. Pero yo no creo en la solución que habla de legalizar una droga como por ejemplo la cocaína, que tanto daño le hace a la niñez y a la juventud, es como evadir la responsabilidad de un Estado y de una sociedad. Yo creo que sencillamente eso tiene que enfrentarse de raíz, es necesario enfrentar a los que comercializan y trafican y se hacen millonarios a costa de la salud de la juventud del pueblo dominicano y peor aún trayendo inseguridad ciudadana. En este país en este momento se podía salir de noche, hoy no se sienten seguro ni de día ni de noche y es responsabilidad del Estado dar seguridad ciudadana, primero para la tranquilidad de los dominicanos, pero también para la tranquilidad del turismo, de ese turismo que tantos fondos le da al país, nosotros tenemos que asegurarle que aquí habrá paz pública”.
Hipólito Mejía: “Yo pienso que legalizar es un tema en el orden económico y no en el orden humano. En el orden de la perversidad y dentro de la patología de la enfermedad. El que de una forma u otra usa drogas se prostituye y no tiene posibilidades de llegar a ser útil. Ni la familia a la que le llegue esa desgracia tiene posibilidad de recuperase porque el síndrome cubre todos los aspectos familiares. Yo quisiera invitar a los Estados Unidos y a muchos países que se harten de fumar, oler y meter cocaína, que establezcan métodos de control eficiente y que no nos los pida”.
Guillermo Moreno: “No, no estoy de acuerdo en la legalización de la droga porque la legalización en primer lugar no puede ser la decisión de un Estado en particular porque sería un absurdo. La única posibilidad de legalización de la droga es si se realiza un acuerdo multilateral y universal. De tal suerte que el país donde se legalice no se convierta en un nicho de consumo porque allí está legalizada. Entonces en ese sentido no soy partidario de la legalización de la droga, creo que sí hay que fomentar estrategias más eficientes que las que estamos empleando en la persecución y en la prevención. Si usted examina por ejemplo cuánto aporta el Estado a la prevención se da cuenta que es ridículo. Todos los años, instituciones como Hogar Crea, tienen que cerrar incluso porque no pueden pagar los canales y una de las estrategias más eficaces en la lucha contra la droga, además de la persecución, es la prevención. Entonces tiene que ser sobre esos dos pies que empujemos una lucha frontal contra la droga”.
Max Puig: “yo no creo en legalizar la droga pero debo señalar que hay que modificar la ley. En República Dominicana, la ley tiende a equiparar el tráfico con el consumo. La posesión de una dosis personal conlleva penas sumamente altas. Aún cuando no estoy a favor de la legalización, sí creo que tenemos una legislación obsoleta en la materia”.
Julián Serulle: “Mire, el narcotráfico está muy ligado a muchos aspectos. A la educación, al trabajo, a como usted maneja la estabilidad hogareña. A las condiciones en el barrio. Por ejemplo en República Dominicana, en Santiago. ¿Qué barrio tiene un cine? ¿Qué barrio tiene un teatro? ¿Qué barrio tiene una escuela de música? ¿En que barrió hay un lugar para ejercitarse? No hay nada. Santiago, por ejemplo con la quiebra de las zonas francas el desempleo ha aumentado considerablemente. Un hombre no educado, un hombre que fue sacado de ordeñador de vacas de un pueblo lejano y lo meten a hacer ruedo en una fábrica, no sabe leer ni escribir, de 30,40 ó 50 años, se queda sin trabajo, con tres mocositos en su casa. Pidiendo leche y reclamando comida. ¿Qué usted cree que va a pasar? ¿Un joven que se gradúa y pasan dos años sin encontrar trabajo. Un amigo le pasa por el lado con un Mercedes Benz que compró gracias al narcotráfico que realizó probablemente en los Estados Unidos. ¿A qué usted lo está invitando? Son un sinnúmero de elementos y factores. ¿Se puede combatir y erradicar? Aquí todo se puede saber, somos una isla de 48 mil 442 kilómetros cuadrados en donde todo se sabe o se pudiera saber. Hace falta voluntad política.
“hay que concientizar un pueblo pero al mismo tiempo hay que darle oportunidad de trabajo. Cuando usted hace eso ni siquiera tiene que usar la fuerza pública para combatir el narcotráfico. Cuando usted coge la pantalla chica y la radio y viene el bombardeo para educar a un pueblo. Una hora al día en cada medio de comunicación, Aquí tenemos más emisoras que toda la Unión Europea junta, tenemos más más canales de Televisión que Francia y Alemania juntas. En cada municipio hay un canal. Una hora para educar: Lleva el teatro a la radio. No hay programas, no hay voluntad política. Eso alimenta el narcotráfico además de la componenda del aparato del Estado con el mal. Es el usar el Estado como un puente de tráfico de influencias para amamantar maldad contra nuestros pueblos y eso hay que enfrentarlo y acabarlo”.
-Se escucha muchas veces: la DNCD capturó en tal o cual parte, a un coronel y a cinco policías con equis cantidad de cocaína, la noticia sigue y al final de la noticia se dice que los capturados fueron cancelados.
¿Es eso suficiente?
Eduardo Estrella: “Lógicamente que no. Decíamos al principio de la entrevista que en un gobierno de nosotros no se permitiría la impunidad. Si estas cosas pasan mayormente en el país es por la tolerancia que ha habido y hasta cierto punto la complicidad con los que ya lo han cometido. Eso hay que castigarlo y llevar esas investigaciones hasta las últimas consecuencias porque nosotros siempre de manera responsable hemos dicho que en el país si no hubiera comprometidos altos militares o altos funcionarios no existiera el nivel de narcotráfico que existe en República Dominicana. Ni de corrupción tampoco porque aquí estamos en una isla, usted no se explica cómo narcotraficantes internacionales se van del país y nadie me puede decir a mí que eso puede pasar si no hay una complicidad de autoridad de autoridades de mucho poder. Nosotros eso lo atacaríamos hasta sus últimas consecuencias”.
Hipólito Mejía: “No. Eso está embrollado. Eso está enredado con otra gente de orden político. Desgraciadamente los pendejos caen presos y los que dirigen buscando pingües beneficios quedan sueltos. En eso la mafia política nacional, la mafia militar nacional y muchas gentes que ha hecho del desorden y la corrupción un modus vivendi deshonroso, desgraciado y maldito pero existe. Y los voy a atacar. Ya lo hice, con sectores más difíciles que esos. Lo hice con los de la banca nacional, con los que robaron y con los responsables no tembló la mano. Mi compromiso es con la sociedad dominicana, con los pobres de este país. Con la gente que necesita que se le auxilie independientemente de su pensamiento y accionar político”.
Guillermo Moreno: “¡No! Aquí hay que terminar de cuajo la complicidad que hay en los sectores militares y policiales con las actividades del narcotráfico. Parte del fracaso que hoy tenemos como Estado y parte del auge que tiene la delincuencia organizada y la delincuencia en general es porque tenemos un Estado y un gobierno que no tiene la autoridad para enfrentar hasta sus últimas consecuencias las grandes complicidades que hay al interior de los organismos de seguridad del Estado con el narcotráfico y con el crimen organizado. Imagínese qué situación la de un país donde las autoridades lo saben, pero hay una serie de mecanismos de complicidad que han terminado sometiendo esas autoridades y haciéndolas de la vista gorda frente a cada una de esas cosas. Se requiere un gobierno con autoridad, con la fortaleza, con la decisión de actuar porque aquí no se trata de un grupo particular. Se trata de aplicar el freno. El Estado y el sistema político van a ser inviables porque el Estado ha venido siendo penetrado en sus altas instancias y en sus organismos de seguridad por el crimen organizado y por el narcotráfico.
"La muestra es lo que ha pasado en el país en los últimos años, donde cada cierto tiempo nos damos cuenta de una rama militar o de un sector policial que ha sido penetrado y que desistió de realizar sus funciones y se convirtió en protector de bandas criminales y de bandas de narcotráfico. Eso tiene que acabar en la República Dominicana y el gobierno tiene que asumir eso. Un gobierno nuestro lo asumiría de manera frontal. Enfrentaría eso de cuajo. En el caso de militares y policías que violen la ley ordinaria. El estatuto militar puede darse para violaciones disciplinarias dentro de su cuerpo, pero no para crear privilegios”.
Max Puig: “No. Y no es suficiente porque por el simple hecho de despojar de su función o trasladar a un funcionario de una posición a otra en el fondo lo que se hace es cultivar la impunidad. Una de las raíces fundamentales de la expansión del crimen y el delito reside precisamente en la impunidad. Por eso dije que la impunidad en mi gobierno no va”.
Julián Serulle: “No. El Ministerio Público tiene que tener toda su independencia. Mi misión moral como presidente es provocar la destrucción moral de todo el que atente contra el patrimonio del pueblo y contra lo que debe de ser el buen ejemplo y ponerlo a la disposición de la justicia y que la justicia actúe. Para eso el Ministerio Público es independiente. Creo que las normativas entre militares y civiles en lo que concierne al orden de delinquir, no debe haber diferencia, son ciudadanos dominicanos. Hay que ajustarse a las leyes y a las normas. Le voy a contar esto: 1963, Juan Bosh, Presidente de la República, en el mes de abril, un industrial le dice a Juan Bosh que tiene un funcionario de alta jerarquía que es un corrupto que lo está extorsionando. No le quiso decir el nombre. A los dos días el síndico de la capital le dice a Juan Bosh: ¨Fulano de tal es un corrupto y le está haciendo daño el Presidente lo mandó a investigar¨. En 24 horas llegó la investigación. Era un corrupto, un ministro de Estado que solía comer en la casa de Juan Bosh. Juan Bosh convocó al pueblo a través del único canal que había, duró 40 minutos contándole al pueblo cuáles eran las obligaciones y deberes de un servidor público. Todo el gabinete estaba sentado al lado del Presidente. Por su jerarquía estaba sentada a la mano derecha de Juan Bosh. El Presidente abrió su chaqueta, sacó la pluma y le dijo al pueblo: ¨El señor que está a mi derecha violó la confianza dada por el Presidente. Solía comer, solía dormir en mi casa y abusó de la confianza del pueblo. Procedo a firmar el decreto destituyendo a este señor y dejo que la justicia juegue su papel¨. La destrucción moral, el paredón moral. ¿Se atrevería otro desgraciado a atentar contra el patrimonio del pueblo?”.

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