El candidato presidencial de la Alianza por la Democracia, doctor Max Puig, denunció el favoritismo político aplicado desde las instancias agropecuarias del Estado mantiene en la pobreza y en el atraso a los hombres y mujeres del campo.
Puig señaló que el Ministerio de Agricultura se ha manejado en los diferentes gobiernos, con productores y comercializadores con conexiones políticas en desmedro de
los pequeños y medianos labradores de la tierra e impulsores de la pecuaria.
Al mismo tiempo, el aspirante a la primera magistratura del Estado asumió la propuesta para la creación del Instituto de la Reforma Agraria y Desarrollo Rural, al tiempo de sugerir la eliminación del Instituto Agrario Dominicano sumido en el clientelismo político y en el tráfico de influencia.
Puig se refirió a esta problemática al ser invitado como candidato presidencial a un encuentro auspiciado por la Articulación Nacional Campesina (ANC), en el Centro Bonó, ubicado en la calle Josefa Brea, del sector Mejoramiento Social, de la capital.
Igualmente, el político y sociólogo dijo que es una necesidad insoslayable la operatividad del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y establecer correctivos para lograr la mayor transparencia, capacidad crediticia y fortaleza del Banco Agrícola con el objetivo de eliminar la política partidaria en sus decisiones administrativas.
Señaló que la participación activa de los pequeños y medianos productores se debe imponer en todas las instancias del sector agropecuario a la hora de tomar decisiones porque el consenso es necesario entre los actores públicos y privados vinculados a los diferentes subsectores de este renglón.
Añadió que es preciso garantizar la seguridad alimentaria a partir del apoyo a los hombres y mujeres del campo, al tiempo que se opuso al uso de semillas para cultivos transgénicos porque es una amenaza para la salud, deteriora el medio ambiente y destruye la agricultura familiar o sostenible.
Puig también abogó porque los pequeños y medianos productores sean incentivados con la aplicación del pago por servicio ambiental, señalando que esta es una de las medidas para lograr la dignificación de la vida en el campo.
Precisó que los invernaderos no deben ser fuentes de privilegios para determinadas personas, sino deben ser un componente tecnológico al servicio del interés de los hombres y mujeres del campo.
Explicó que el campo dominicano carece de las obras de infraestructuras necesarias para su desarrollo.
Dijo que es partidario de la construcción de verdaderas carreteras rurales para evitar reparar con simples bacheos los denominados caminos vecinales.
Puntualizó que los pequeños y medianos productores agropecuarios sufren mucho cuando hoy reparan un camino vecinal y mañana con un aguacero se destruye y vuelve a un estado intransitable.
Dijo que los pobladores de la zona campesina registran un 56% de pobreza , y dentro de ellos los caficultores tienen un nivel de pobreza de un 74%.
Atribuyó la baja calidad de vida de los hombres y mujeres de la zona rural a un modelo agropecuario excluyente que sangra el campo dominicano.
Subrayó que los beneficios generados por la producción agropecuaria, han ido a parar a otros sectores, excluyendo de esta riqueza a quienes trabajan la tierra y el ganado.
Significó que esto produce el éxodo de los pobladores de la zona rural a los enclaves donde se registran los más altos niveles de pobreza de las ciudades.
En tanto, Juanito Peña, dirigente campesino de la línea noroeste, hizo entrega a Puig de los documentos contentivos de las demandas de ese sector, mientras que las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del activista Ero Pérez , y en la mesa principal estuvo acompañado de Francisco Antonio Santos, Juana Ferrer, Benita Cordero y Alejandro García pertenecientes a diferentes organizaciones integradas en Articulación Nacional Campesina(ANC), entre otros.
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