Las amenazas vertidas por el ex jefe de la Policía Nacional, mayor general Pedro de Jesús Candelier, de que si hay que “reventar” a alguien para defender los votos de Hipólito Mejía, el candidato presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que es lo mismo que decir asesinar, ellos lo van a hacer, parecería que el militar no nació en la República Dominica.
Se olvida de que en este país el que ganó las elecciones con los votos de los electores, es el que asume la Presidencia de la República.
Y también pienso que al general Candelier se le olvidó que el gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es la organización política que está dirigiendo el poder, que es la que tiene el control de los organismos militares, pero que también cuenta con otro ejército de hombres o mujeres formados militarmente, que no se ven, pero que están ahí, listos para responder si la democracia necesita de ellos, algo que creo no será necesario.
El PLD, una de las instituciones más democráticas de América Latina, tiene una posición muy correcta: El que logre más votos de parte de los electores, será el ganador de los comicios del 20 de Mayo.
Es verdad que en el país hay personas que creen que estamos en la década de los 60, cuando “fuerzas oscuras” lograron convencer a militares y policías de que lo que le convenía a la mayoría de dominicanos, era un golpe de Estado contra el profesor Juan Bosch.
¡A así no, general!
No olvides que el ejército que no se pone uniformes de la Policía y las Fuerzas Armadas está viviendo bien o cómodo, que puede enviar a sus hijos a colegios privados, que se alimentan y gana para cubrir sus necesidades básicas. ¡Usted sabe general a quienes me refiero!
Esos hombres y mujeres, general, están dispuestos a accionar para responderle a cualquier imprudente que atente en contra de la verdadera democracia, que nosotros (civiles y militares), ayudamos a construir.
Dejes que la democracia haga su trabajo. Dentro de ella, usted hace el suyo, usando los cánones legales, pero evites cruzar la “frontera” donde está la franja amarilla.
Los amigos del Presidente Leonel Fernández, de Danilo Medina y del gobierno, en término general, van a respetar la decisión de la mayoría de los electores, si es adversa, pero van a defender la victoria, si ésta se produce, sin importar las circunstancias y caiga quien caiga.
Es lamentable que sea necesario utilizar este tipo de escritura, pero es que hay personas que creen que los demás no tienen los mismos atributos. ¡Es la mejor respuesta!
Pero es importante hacerle saber al general Candelier que ese Presidente, Leonel Fernández, que es el más capaz de América Latina, hombre decente, prudente y ecuánime, es también el que tiene el bastón de mando (usted sabe a qué me refiero). ¡Y sabrá usarlo, si las circunstancias así lo ameritan! ¡Esperamos que no!.
También causa mucha risa las afirmaciones de Max Puig, de que los Partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y de al Liberación Dominicana (PLD), están llevando al país a un callejón sin salida.
Cuando Max Puig o Maximiliano, era el ministro de Trabajo del gobierno del PLD, muy recientemente, el régimen era lo mejor y lo más eficiente. !Llegó con los bolsillos vacíos y retornó con ellos llenos, de sus salarios! ¡ Ahora es peor gobierno, porque está fuera de éste!
Parece que lo mejor es cuando se cuenta con 200 personas, formar un movimiento para recibir millones de pesos de parte de la Junta Central Electoral (JCE), porque casi siempre no sacan ni el 05.%
Pienso que el anuncio de la construcción de la Carretera Cibao-Sur, responde a una campaña que mantuve para que algún Presidente se pusiera los pantalones largos e hiciera realidad esta importantísima obra.
Siempre se alegó que poderosos intereses capitaleños se oponían a esa obra. Pero como el mando lo tiene un Presidente, que no sólo hace ese tipo de cosa, sino que mantiene la estabilidad económica, una de las mejores del área, ese proyecto será una realidad, lo que-unido al metro de la capital-Santiago- resolverá uno de los principales problemas del transporte montañoso y unirá a dos regiones que no hay por qué tengan que seguir separadas por un montaña.
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